UL presenta el Blue Card, una certificación de seguridad exclusiva para impresiones 3D

Multinacional especialista en la seguridad de nuevos productos y tecnologías en todo el mundo ofrece además el Yellow Card, certificación sobre las resinas usadas en el proceso de impresión y el Programa para Piezas Fabricadas: auditorías sobre los productos fabricados por medio de este método de manufactura disruptiva.

San Pablo, 28 de febrero de 2018 - En el marco de las principales innovaciones tecnológicas del planeta, UL se anticipa a una prevista masificación de las impresiones 3D y ya ofrece a los fabricantes protocolos importantes de prevención, creando más de 300 normas de seguridad de plásticos. Una de estas herramientas, y la más reciente lanzada por la empresa, es el Blue Card, un análisis del proceso de fabricación aditiva por capas, nuestra famosa impresión en 3D.

Otra herramienta importante en la construcción de esta verificación de seguridad es el Yellow Card, proceso de prueba y reconocimiento de las resinas utilizadas en los procesos de impresión. Los materiales probados y catalogados se pueden encontrar con la descripción y el nombre de los fabricantes en la base de datos UL IQ for Plastics, una poderosa herramienta de búsqueda para las empresas que quieren encontrar resinas apropiadas para sus proyectos

"Nosotros confirmamos que el material originalmente evaluado permanecerá inalterado en el producto final a través del Programa de Piezas Fabricadas, que implica la trazabilidad en tres niveles: fabricante del material, moldeador / procesador y fabricante del equipo original", dice Marcelo Fontoura, Gerente de Ventas del área de Performance Materials de UL de Brasil, respecto de aquel que es paso final de la cadena de verificación de este nuevo tipo de manufactura.

Futuro de las impresiones 3D

Hay una gran expectativa con relación a ese proceso de fabricación aditiva, en el que un modelo tridimensional es creado por sucesivas capas de material, tanto por su practicidad y por su versatilidad, pudiendo atender diversos tipos de industria. Se estima que en 2020 el mercado de impresión 3D llegará a 12 mil millones de dólares. Sólo en los últimos tres años, este segmento creció un 27,4% en todo el mundo, siendo que cuatro sectores representan el 67% del mercado de manufactura 3D (médico, automotriz, aeroespacial y productos de consumo).

Desde los 80 años, la llamada "fabricación aditiva" ya era una tecnología prometedora. En 2005, se hizo aún más atractiva con la caída del costo de las impresoras en aproximadamente 100 veces.

En Brasil, la adhesión es grande, somos hoy el noveno mayor mercado para impresión 3D del mundo, al frente de países con tecnologías más avanzadas, como Corea del Sur. Se estima que, en 2021, el mercado brasileño pasará la marca de " US $ 400 millones.

Justamente por ser una de las mayores tendencias en innovación del momento es que se crea la necesidad de observar la seguridad del proceso y del producto final. Las impresoras 3D presentan cuestiones de seguridad eléctrica y física comunes a las de otras máquinas con un tamaño similar. Aún no se conoce qué tipos y cantidades de sustancias químicas y pequeñas partículas se liberan en el aire cuando estas máquinas operan y tampoco el efecto de estos productos hechos a partir de ese proceso de impresión a la salud humana, por ejemplo. Es necesario más investigación.

UL, miembro de la World 3D Printing Technology Industry Alliance desde 2013, en asociación con el Instituto de Tecnología de Georgia y la Escuela de Salud Pública Emory, se anticipa a estas dudas y está evaluando la emisión de partículas ultrafinas y la calidad del aire en los espacios confinados, además de hacer el análisis químico de estos volátiles orgánicos.

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