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BAJO EL CAPÓ: AUTOPARTES FALSIFICADAS PERJUDICAN MARCAS Y PERSONAS
Las cadenas de suministro complejas crean nuevas oportunidades para que los falsificadores vendan sus productos.
Con el reciente foco puesto en los riesgos de ciberseguridad en coches inteligentes, puede ser fácil olvidar los riesgos físicos reales e inmediatos.
La falsificación en la cadena productiva es un problema que impacta a todas las industrias a gran escala, incluso la automotriz. La Comisión Federal de Comercio (Federal Trade Commission, con sede en los Estados Unidos) estima que la falsificación global de piezas automotrices cuesta 12.000 millones de dólares al año a la industria, más de 3.000 millones sólo en América del Norte.
Las corporaciones han aumentado su demanda de componentes provenientes del mundo entero para mantener su competitividad y con ello la presencia de artículos falsificados ha crecido. Aunque una parte falsa puede no ser perceptible en el producto final, puede afectar la seguridad y el rendimiento del producto. En 2014, un fabricante de automóviles hizo un retiro de miles de coches tras el descubrimiento de que un proveedor había usado material plástico falsificado en el pedal del acelerador. La empresa investigó el material acompañando relatos de que esa pieza sufría roturas durante su instalación en la parte final de montaje del coche.
"Con cadenas productivas más globales y complejas, los fabricantes pueden no ser conscientes de que los componentes del coche no cumplen especificaciones de ingeniería y otras normas en el producto final," dice Rod Jones, director de investigación de UL.
Los materiales falsificados y / o inferiores, las etiquetas falsas y el uso incorrecto de marcas registradas son algunas de las maneras en que los criminales pueden hacer que sus piezas penetren en la cadena productiva. Los productos falsificados resultan en pérdidas de ganancias y otros daños. Una estimación muestra que la industria automotriz estadounidense podría emplear a más 250.000 personas en caso de que los productos falsificados fueran eliminados del mercado. En general, el Departamento de Comercio de Estados Unidos estima que los productos falsificados representan entre el 5% y el 7% del comercio mundial.
Además del impacto financiero, los productos falsificados también pueden lastimar a las personas. Los productos de mala calidad, como las velas de encendido que sobrecalientan y los forros de freno hechos de aserrín compensado, ponen a los conductores y a sus acompañantes en riesgo. Y claro, si esta pieza viene de fábrica puede acabar con la reputación del fabricante en cuestión.
Como los falsificadores han ganado mayor acceso a la tecnología sofisticada y mano de obra barata, el mercado de falsificación ha seguido en aumento. Además, la facilidad para ordenar piezas en pequeñas cantidades de cualquier parte del mundo ha aumentado el acceso de los consumidores a productos falsificados.
Nuevas tecnologías para autenticar materias primas y piezas sumada un a un sofisticado proceso de certificación son las nuevas armas en el combate a la falsificación. Para combatir estos riegos, es necesario combinar estas medidas con esfuerzos coordinados de la industria automotriz, gobiernos, agencias fiscalizadoras y sociedad civil.
UL utiliza sus alianzas, conocimiento del mercado y experiencia global para ayudar a proteger a los consumidores, sus productos y la reputación de las marcas. Trabajamos con socios globales y clientes para desarrollar e implementar soluciones que detengan el flujo de productos ilegales y potencialmente peligrosos. Para conocer más acerca de las soluciones para combatir la falsificación de sus productos e insumos, visite www.ul.com.
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