Una tendencia global hacia la eficiencia energética: comprender los reglamentos en pie en América Latina y las crecientes demandas de los consumidores

Algunas tendencias en fabricación y diseño son exclusivas de ciertas industrias y regiones. Otras cruzan fronteras y líneas de productos para convertirse en grandes cambios o movimientos radicales. Uno de los mejores ejemplos es el de la eficiencia energética.

Desde electrodomésticos e iluminación hasta unidades de aire acondicionado y equipos eléctricos y de gas combustible, la demanda de mayor eficiencia energética en los productos y en las prácticas de fabricación va en aumento.

La eficiencia energética se ha convertido rápidamente en un enfoque global y, del mismo modo en que es un impulsor de cambio en casi todos los sectores industriales y mercados, muchos mercados están también adoptando medidas que promuevan la eficiencia energética a través de nuevas normas e iniciativas. Estos cambios e iniciativas van desde esfuerzos como el programa voluntario ENERGY STAR de la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA) hasta requisitos más específicos de productos como el Reglamento Técnico de Etiquetado (RETIQ), la principal regulación de eficiencia energética en Colombia. Cualquiera que sea el programa o la norma, el objetivo final es un mundo más inteligente y de mayor eficiencia energética, y los fabricantes de todo el mundo pueden beneficiarse de un mayor acceso al mercado y una participación de mercado aún más grande al aumentar su conocimiento y compresión de estos impulsores del mercado en constante evolución.

Cambios alrededor del mundo

A medida que la eficiencia energética se vuelve más importante para los consumidores, los gobiernos y los organismos normativos por igual, muchos esfuerzos se han consolidado en relación a ella. En la Unión Europea, por ejemplo, la Directiva de Eficiencia Energética exige a los países miembros que elaboren Planes Nacionales de Acción de Eficiencia Energética (PNAEE) cada tres años a la vez que deben hacer un informe anual de avances con respecto a las metas nacionales establecidas en pos de la eficiencia energética.¹ Hacia finales de 2015, el programa ENERGY STAR tenía más de 7400 organizaciones comerciales e industriales asociadas y más de 450 000 edificios que realizaban activamente la medición y el monitoreo del uso de energía en Estados Unidos^2. En Japón se evitaron los cortes de energía masivos posteriores al terremoto de Tohoku gracias a los esfuerzos conjuntos de la nación en favor de la conservación y la eficiencia energética.³

México – lo más avanzado de América Latina

Mexico se encuentra entre los países con mayor eficiencia energética. En 2016, el país alcanzó la puntuación máxima de acceso a la energía con 100 puntos. Esto ubicó a Mexico entre los 10 países que mejor gestionan la energía, delante de Alemania y el Reino Unido. Entre las acciones del país para fomentar el uso eficiente de la energía están las 30 Normas Oficiales Mexicanas (NOM) de eficiencia energética actualmente vigentes, que aplican a más de 40 millones de aparatos utilizados en los hogares, comercios e industria. De hecho, en Mexico encontramos programas de eficiencia energética que existen hace más de 25 años, algunos de ellos son referencia internacional.

En el caso de Argentina ya en 1999 la Exsecretaría de Industria, Comercio y Minería (hoy Secretaría de Comercio), estableció en su Resolución 319, la Certificación Obligatoria del Etiquetado en Eficiencia Energética como iniciativa para propender la utilización eficiente de la energía y de los recursos naturales. Inicialmente entró en vigencia en el año 2005 para refrigeradores y congeladores de uso doméstico, pero hoy en día la lista de productos se ha extendido ampliamente incluyendo nuevas categorías de productos. Asimismo, la Secretaría continua en su empeño de promover y fomentar la eficiencia energética evaluando la posibilidad de seguir adicionando más productos a este listado. Las iniciativas para regular la eficiencia energética en los productos industriales y de consumo existen también en los mercados de Chile y Uruguay desde hace más de una década formando parte de una tendencia integral de la región Cono Sur.

En esta línea, Brasil desarrolló un programa de eficiencia energética que comenzó en 1984 cuando se lanzó un Programa Nacional de etiquetado y en el año siguiente el Programa Nacional para la Conservación de la Energía Eléctrica (PROCEL). En 1993, PROCEL se convirtió en una preocupación federal para el gobierno convirtiéndose en la piedra angular del programa de eficiencia energética en el país. Durante 2001, Brasil atravesó una crisis de suministro de energía y la eficiencia se convirtió en la palabra clave para los fabricantes brasileños, especialmente para los electrodomésticos y la iluminación

Colombia, a través del Ministerio de Minas y Energía, se une ahora a estos esfuerzos globales con la presentación de sus propias exigencias con el RETIQ. Esta nueva norma obliga a los fabricantes, importadores y vendedores de productos específicos a cumplir tanto las exigencias de eficiencia energética como de etiquetado para demostrar su cumplimiento. Aunque este esfuerzo es uno de los más recientes en América Latina, no es de sorprender si se tiene en cuenta el actual clima de mercado en la región.

En las “Recomendaciones de Políticas de Eficiencia Energética Regionales”, un informe de la Agencia Internacional de Energía (AIE) en colaboración con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe de las Naciones Unidas (CEPAL) y el Ministerio de Energía y Minas del Perú, se señala que la eficiencia energética es fundamental en los esfuerzos dirigidos a la seguridad energética. Además, de las 20 recomendaciones detalladas en este informe, la décima es “implementar estándares mínimos de eficiencia energética y etiquetado energético obligatorios para iluminación, electrodomésticos y equipos” Las recomendaciones abarcan un gran número de países y fueron desarrolladas con la ayuda de más de 50 expertos en eficiencia energética en las regiones abarcadas, de modo que es probable que continúen desarrollándose nuevas normas. Sin embargo, las iniciativas pueden no ser aquello que genere el cambio.

El rumbo de la eficiencia energética: ¿Quién la impulsa?

Ya sea que los programas o las iniciativas sean voluntarios u obligatorios, el verdadero valor de los esfuerzos de eficiencia energética será definido por un grupo cada vez más exigente: los consumidores. Incluso en los países donde no existen normas o donde la participación es voluntaria, el consumidor moderno y culto tiene plena consciencia sobre su propio impacto ambiental y, como resultado, busca productos y fabricantes que demuestren compromiso y una similar visión del mundo.

Para los fabricantes, esto puede significar que adoptar un compromiso con la eficiencia energética debe contemplarse como un requisito, con independencia de las imposiciones reales de los organismos gubernamentales, regionales o nacionales. Este enfoque también puede llevar a los fabricantes a un estado de preparación general ante los cambios que inevitablemente afrontarán con el tiempo. Por ejemplo, se exige el cumplimiento del RETIQ para productos específicos vendidos en Colombia. Sin embargo, en lugar de considerar a RETIQ como una necesidad singular, diseñar productos para que sean eficientes desde el comienzo puede ayudar a facilitar el cumplimiento de RETIQ antes del lanzamiento y también puede simplificar la búsqueda de marcas de eficiencia energética similares en otros mercados, demostrando un interés global en el movimiento.

Los requisitos tienden a variar de un mercado a otro, lo que significa que los pasos hacia el cumplimiento en un mercado, como el de Colombia, son únicos. Además, a menudo es conveniente, si no necesario, realizar una evaluación independiente de tercera parte para la certificación de eficiencia energética. Muchas veces, esto puede facilitar el proceso de obtención de certificaciones múltiples.

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